Vela Tricolor San Jorge
La Vela Tricolor San Jorge es una herramienta esotérica diseñada para abrir caminos cerrados en áreas como justicia, trabajo, negocios y la obtención de documentos complicados. También es útil en relaciones estancadas, proporcionando una potente energía desbloqueadora. Esta vela combina tres colores y está fabricada con materiales de alta calidad, asegurando una combustión efectiva y limpia.
Beneficios de la Vela Tricolor San Jorge
- Apertura de caminos: Facilita la superación de obstáculos en diferentes aspectos de la vida.
- Resolución de situaciones complicadas: Ayuda a desbloquear problemas legales, laborales y de negocios.
- Mejora de relaciones: Útil para desbloquear relaciones personales y profesionales estancadas.
- Atracción de buena suerte: Considerada una vela de la suerte, potencia las energías positivas en tu entorno.
Uso de la Vela Tricolor San Jorge
Para obtener los mejores resultados, sigue estos pasos:
- Momento adecuado: Enciende la vela los jueves durante la luna creciente o llena. En caso de urgencia, se puede encender el martes.
- Preparación: Coloca la vela en una superficie segura y recita una oración específica mientras la enciendes.
- Duración: Deja que la vela arda completamente para maximizar su efecto.
- Disposición de los restos: Una vez consumida, no tires los restos a la basura. Colócalos en la tierra, en una maceta o en el campo para que las energías positivas continúen fluyendo.
Tradición del Producto
La Vela Tricolor San Jorge se basa en antiguas tradiciones esotéricas que combinan ingredientes específicos y rituales diseñados para abrir caminos y desbloquear energías. La inclusión de oraciones y símbolos asegura que cada componente del ritual trabaje en armonía, proporcionando una solución efectiva y duradera.
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San Jorge
La leyenda —posiblemente originada en el siglo IV— cuenta la historia de Jorge, un romano que tras morir su padre —Geroncio, oficial del ejército romano— se trasladó con su madre Policronia hasta la ciudad natal de ésta, Lydda —actual Lod, en Israel—. Allí, Policronia pudo educar a su hijo en la fe cristiana y poco después de cumplir la mayoría de edad se enroló en el ejército. Debido a su carisma, Jorge no tardó en ascender y, antes de cumplir los 30 años fue tribuno y comes, siendo destinado a Nicomedia como guardia personal del emperador Diocleciano (284-305).
En 303, el emperador emitió un edicto autorizando la persecución de los cristianos por todo el imperio, que continuó con Galerio (305-311). Jorge, que recibió órdenes de participar, confesó que él también era cristiano y Diocleciano ordenó que le torturaran para que apostatase, aunque sin éxito. Por ello se ordenó su ejecución y fue decapitado frente a las murallas de Nicomedia el 23 de abril de 303. Los testigos convencieron a la emperatriz Alejandra y a una anónima sacerdotisa pagana a convertirse al cristianismo y unirse a Jorge en su martirio. Una vez muerto, el cuerpo de Jorge fue enviado a Lydda para que fuera enterrado.
La historia anterior es, en el mejor de los casos, dudosa. Sin embargo, su veneración como mártir comenzó relativamente pronto. Se tienen noticias a través de relatos de peregrinos de una iglesia construida en Diospolis (la antigua Lydda) en su honor durante el reinado de Constantino I, que se convirtió en el centro del culto oriental a Jorge.
Hacia los años 518–530, el archidiácono y bibliotecario Teodosio relata que Diospolis era el centro del culto de Jorge. Un peregrino anónimo de Piacenza menciona lo mismo hacia el 570.
La iglesia fue destruida en 1010 y más tarde reconstruida por los cruzados. En 1191 y durante la Tercera Cruzada (1189–1192), la iglesia fue destruida de nuevo por las fuerzas de Saladino. Una nueva iglesia fue erigida en 1872 y aún se mantiene en pie.
Durante el siglo IV, la veneración al santo se extendió desde Palestina al resto del Imperio romano de Oriente. En el siglo V su popularidad llegó a la parte occidental del imperio romano.
En 494 Jorge fue canonizado por el papa Gelasio I, mas lo incluyó junto con «…aquellos cuyos nombres son justamente reverenciados, pero cuyos actos sólo son conocidos por Dios».
Esta afirmación no evitaría la creación de diversas historias apócrifas sobre su vida, varias de ellas llenas de milagros. De acuerdo con la Enciclopedia Católica, el texto más antiguo preservado sobre la vida del santo se encuentra en el Acta sanctorum, identificado por estudiosos como un palimpsesto del siglo V.
Hacia finales del siglo VI, el abad irlandés Adomnán, de la abadía de la isla de Iona, relata algunas de las leyendas orientales de Jorge recogidas por el obispo galo Arkulf en su peregrinaje a Tierra Santa en el año 680.
En los comienzos del Islam, el santo cristiano se unió —a través del sincretismo religioso y cultural— con el profeta judío Elías, el predicador judío samaritano Phineas y el santo islámico al-Hadr (‘el verde’, del árabe hadir) para formar una figura religiosa que era y todavía es venerada en Oriente Próximo.
El nombre de al-Hadr es más corrientemente transcrito como al-Khidr o al-Khadir, mientras para el habla hispana sería más correcto al-Jadir o al-Jidr.
La historia de al-Jidr con el profeta Moisés en el Corán árabe: al-Qur’an al-Karim donde se le llama Musa se encuentra en la azora 18, Surat al-Kahf. Es una historia mística y gnóstica del sufismo, la ciencia esotérica del Islam.
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