Vela Blanca-Azul
La Vela Blanca-Azul, también conocida como Vela de Gregorio Hernández, está indicada para mejorar la salud y acelerar la recuperación de personas convalecientes. Utilizada en rituales de sanación, esta vela es ideal para aquellos que buscan fortalecer el bienestar físico y mental.
Beneficios de la Vela Blanca-Azul
- Mejora de la salud: Ayuda en la recuperación de enfermedades y mejora el bienestar general.
- Sanación espiritual: Promueve la sanación del cuerpo y la mente.
- Fortalecimiento del bienestar: Aumenta la energía positiva y el equilibrio emocional.
- Versatilidad en rituales: Puede combinarse con aceites litúrgicos específicos para potenciar sus efectos.
Uso de la Vela Blanca-Azul
Para obtener los mejores resultados, sigue estos pasos:
- Momento adecuado: Enciende la vela los jueves durante la luna creciente o llena.
- Preparación: Coloca la vela en una superficie segura y recita una oración específica mientras la enciendes.
- Duración: Deja que la vela arda completamente para maximizar su efecto.
- Disposición de los restos: No tires los restos a la basura; colócalos en la tierra, una maceta o en el campo para que las energías positivas continúen fluyendo.
Tradición del Producto
La Vela Blanca-Azul se basa en antiguas tradiciones esotéricas que combinan ingredientes específicos y rituales diseñados para la sanación y el bienestar. La inclusión de oraciones y símbolos asegura que cada componente del ritual trabaje en armonía, proporcionando una solución efectiva y duradera.
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Velas
La técnica de fabricación de velas se desarrolló en forma independiente en diversos lugares a lo largo de la historia.1
Se sabe que a partir del año 500 a. C. los romanos fabricaban velas de sebo por inmersión.
En China se fabricaron velas hechas de grasa de ballena durante la dinastía Qin (221-206 a. C.).2 En la India, la cera de canela hervida se usaba para fabricar velas para los templos.
Algunas partes de Europa, Oriente Medio y África, donde las lámparas funcionaban con aceite de oliva fácil de conseguir, la fabricación de velas no se desarrolló hasta comienzos de la Edad Media.
En la antigüedad las velas fueron hechas principalmente de sebo y cera de abejas, pero en siglos recientes se las ha fabricado utilizando espermaceti, grasas animales purificadas (estearina) y cera de parafina.
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