En este ritual, se explica cómo encender y consagrar una vela blanca, asociada simbólicamente a la luna, para llevar a cabo rituales específicos los días lunes. La elección de este día está vinculada a la conexión entre la palabra “luna” y el término “lunes”.
La vela blanca se destaca por su versatilidad, ya que puede suplir cualquier otro color en situaciones donde no se disponga de uno específico. Se profundiza en el significado simbólico de este color, relacionándolo con la luna y su influencia en la fertilidad, especialmente enfocada en la parte femenina.
La consagración de la vela blanca se orienta hacia la fertilidad y la protección de las mujeres. Se propone un método económico y doméstico para llevar a cabo este proceso, utilizando aceite de limpieza o destrancadera, junto con aceite de mandrágora. En caso de no contar con estos aceites específicos, se sugiere emplear aceite de oliva, aceite de girasol o incluso la propia colonia.
Durante la consagración, se insta a concentrarse en peticiones específicas, tales como protección, intuición, ideas creativas, salud y resolución de problemas ginecológicos, incluyendo la fertilidad. Se anima a expresar estas peticiones verbalmente mientras se unta la vela con el aceite seleccionado.
La práctica de este ritual se recomienda realizarse los días lunes, finalizando con tres toques de campana. Se destaca la importancia de repetir este proceso en cada lunes para obtener resultados positivos.